Estas palabras llegaron a cada espacio de La Escombrera, la cantera de la comuna 13 que en épocas del conflicto se convirtió en el cementerio de los desaparecidos arrastrados por la crueldad de la guerra.
“Inicia formalmente la excavación en el polígono delimitado, en el marco de la medida mediante auto 2020”, manifestó Gustavo Adolfo Salazar, magistrado de la JEP.
Para las víctimas, esta es su pequeña victoria, esa que después de tantos años de caminar, insistir, sale como un rayo de esperanza en medio de un mar de incertidumbre.
“Con uno que encontremos, pensamos que hemos ido reivindicando la búsqueda de las que hoy ya no están con nosotros”, manifestó Luz Amparo Mejía, de la Corporación Madres de La Candelaria.
Una decisión que por parte del Estado llegó 22 años tarde, durante los cuales son ellas quienes han cargado en sus espaldas el peso de la montaña.
“Es tardía la respuesta del Estado, nadie tiene que sufrir la desaparición forzada, y una vez se sufre la desaparición forzada, nadie tendría que esperar la acción del Estado en estos niveles de compromiso 22 años después”, señaló Salazar.
En su piel, su cabello, sus ojos, se notan las tantas noches en vela, esperando que al amanecer puedan tener buenas noticias, pero para ellas hace años se detuvo el tiempo, aquel día en que su ser amado fue arrebatado de sus brazos o ya no llegó a casa.
Con acto simbólico, arrancó oficialmente la intervención en La Escombrera
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