La víctima reciente fue hallado sin vida en un barranco de San Félix.
Bello, Antioquia, pareciera que se ha transformado en un campo minado para quienes se dedican al transporte público individual. Asesinatos y robos se han vuelto pan de cada día, convirtiendo cada servicio en una arriesgada apuesta por la vida.
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Cuatro conductores, dos de aplicaciones y dos taxistas, han perdido la vida en lo corrido del año en hechos relacionados con la delincuencia. El más reciente caso ocurrió el 27 de julio, cuando Arbey Alonso Agudelo Gañán, de 26 años, fue asesinado mientras prestaba un servicio.
El hombre fue hallado sin vida en un barranco ubicado en el corregimiento de San Félix, sin sus pertenencias y sin rastro de su vehículo. La situación ha generado un profundo estado de angustia y desconfianza entre los conductores.
Zonas rojas y medidas desesperadas
Ante el recrudecimiento de la violencia, las aplicaciones de transporte han implementado alertas que señalan los sectores más peligrosos de Bello. Sin embargo, esta medida no garantiza la seguridad de los conductores, quienes se ven obligados a tomar decisiones difíciles bajo la presión de mantener sus ingresos.
Las víctimas de este flagelo han sido identificadas como:
Marco Tulio Arbeláez Arbeláez, de 81 años, el 28 de junio fue brutalmente apuñalado para robarle el producido del día como taxista. El violento incidente ocurrió en el municipio de Bello, concretamente en el barrio Serramonte.
Otras víctimas mortales fueron identificadas como: Arbey Alonso Agudelo Gañán, Alexander Arrieta Verbel, de 48 años y Carlos Andrés Múnera Vargas.
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Hasta el momento, las autoridades locales no se han pronunciado de manera oficial sobre el aumento de la violencia contra los conductores en Bello y el Valle de Aburrá. Sin embargo, para los afectados es urgente que se implementen medidas efectivas para garantizar la seguridad de estos trabajadores y restablecer la tranquilidad en el municipio.