A través de 8 sonómetros ubicados en Medellín, Bello, Itagüí, Girardota y Sabaneta, el SIATA, proyecto estratégico del Área Metropolitana del Valle de Aburrá monitorea los niveles del ruido en el territorio. Además, otra red compuesta por casi 300 sensores de bajo costo que hace parte de la estrategia Ciudadanos Científicos, que refuerzan los datos.
El ruido ambiental es una de las principales preocupaciones ciudadanas y se transformó en un problema de salud pública en las grandes urbes. En territorios como el Valle de Aburrá, las actividades asociadas al transporte, industria y ocio son las principales fuentes de emisión de este contaminante atmosférico.
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David Berrío, ingeniero de sonido del equipo de Calidad del Aire del Proyecto SIATA explicó qué, “el ruido ambiental es un sonido molesto o no deseado generado por las actividades humanas, que provoca efectos sobre la salud o el bienestar de las personas. Se distingue del ruido de convivencia por su continuidad en el tiempo y su potencial de afectación a grandes grupos de personas” explicó, David Berrío, ingeniero de sonido del equipo de Calidad del Aire del Proyecto SIATA
De los 611 barrios que componen todos los municipios del Área Metropolitana, el Siata encontró que el 17 % de estos necesitan una gestión para la reducción de los niveles de ruido muy alta y un 15 % requieren una gestión alta. El 22% de los barrios tienen condiciones acústicas óptimas y de acuerdo con el más reciente monitoreo, Barbosa es el municipio menos ruidoso del Valle de Aburrá.
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Cabe resaltar que el Área Metropolitana como autoridad ambiental realiza el control del ruido asociado a calderas, concesiones de agua y minería a cielo abierto. Mientras que aquel asociado a convivencia en lugares como: bares, discotecas, iglesias u otros establecimientos son controlados por las Secretarías de Gobierno, Seguridad y Salud de los entes territoriales y Policía Nacional.
