La tranquilidad de la Clínica Medellín en el barrio El Poblado de Medellín se vio interrumpida el pasado jueves 18 de abril cuando Jhon Ferney Cano, de 38 años, perpetró un acto de violencia sin precedentes. Armado con un revólver, Cano se dirigió al noveno piso, donde se encontraba el consultorio del urólogo Juan Guillermo Aristizábal, de 58 años.
Una vez en el consultorio, Cano agredió a la asistente del doctor, Daniela Díaz, antes de dispararle al médico, causándole la muerte. Acto seguido, Cano prendió fuego al despacho y se atrincheró en el interior. A pesar de los esfuerzos de la policía por persuadirlo de que se rindiera, Cano optó por quitarse la vida, siendo encontrado sin vida en el baño del consultorio.
El incidente provocó pánico tanto dentro como fuera de la clínica, que tuvo que ser evacuada mientras se resolvía la situación. Afortunadamente, la asistente del médico herida está estable, y los policías que intervinieron en la emergencia solo sufrieron inhalación de humo, sin lesiones graves.
El caso ha dejado atónitos a familiares, amigos y colegas del doctor Aristizábal, quienes afirman que el asesinato era prevenible. Según relatos, Cano era un antiguo paciente del urólogo y tenía antecedentes de amenazas hacia él. Cano, quien se sometió a un procedimiento médico que no salió como esperaba, desarrolló un resentimiento hacia el doctor Aristizábal, llegando incluso a amenazarlo de muerte.
El doctor Jorge Camilo Arango, amigo y colega del urólogo, relató en una entrevista en Blu Radio que Cano sufría de problemas psiquiátricos y que el médico era su «válvula de escape». Arango lamentó que el personal del consultorio estaba al tanto de las amenazas recibidas por Aristizábal, pero la secretaria habitual no estaba presente el día del trágico suceso.
Juan Guillermo Aristizábal, quien ejerció como médico urólogo en la Clínica Medellín durante más de 25 años, deja un legado de profesionalismo y calidad humana. Casado y padre de dos hijos, era reconocido por sus colegas como una excelente persona y un gran amigo.