El artista también reflexionó sobre su trayectoria y el crecimiento de la industria musical nacional: “Fue muy emocionante ver cómo lo viejo ha dado paso a cosas nuevas. Esa mezcla de lo indie, lo urbano, pero desde lo nuestro. Ver esos sueños en los ojos de los jóvenes fue muy emocionante”, dijo.
Recordando sus inicios, Vives destacó el apoyo que recibió de figuras como el empresario Carlos Ardila Lülle, quien creyó en sus ideas cuando nadie más lo hacía: “Yo llegué con una propuesta diferente para grabar vallenatos, lo que se convirtió en Clásicos de la Provincia. Era costoso y arriesgado. Todos decían que estaba loco, pero el doctor Ardila dijo: ‘Dejen al muchacho que haga su vaina’. Gracias a su visión, muchos no terminamos desempleados”, relató entre risas.
Sobre su rol actual, Vives se mostró consciente del impacto que puede tener en las nuevas generaciones de artistas: “Uno nunca piensa que va a tener que hablarle a los jóvenes, pero he vivido esta industria. Hay mucho humo, muchas ilusiones que pueden engañar. Mi consejo es que sueñen, pero con los pies en la tierra, y que se rodeen de gente que los cuide y los ayude a entender el negocio”, recomendó.
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Finalmente, Carlos Vives compartió un mensaje cargado de amor por el país y compromiso con su cultura:
“Nunca pensé que me pasarían cosas mejores después de llegar a la televisión, pero la vida me ha dado mucho más. Hoy trabajo en contar bien nuestra historia, en los 500 años de Santa Marta, en cambiar los relatos que nos han alejado de lo que somos. Y aunque este disco se llama El último disco, no es mi último. Es que no me va a alcanzar la vida para hacer todo lo que quiero por Colombia”, concluyó.