A nivel internacional, Silvia Pinal es ampliamente recordada por su colaboración con el cineasta Luis Buñuel, uno de los directores más influyentes del siglo XX. Juntos crearon una trilogía que marcó un hito en el cine: Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965). Viridiana fue especialmente trascendental al convertirse en la primera película hispanomexicana en ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes, llevando la carrera de Pinal a una audiencia global.
Una vida multifacética
Además de su prolífica carrera en el cine, Pinal dejó una huella profunda en la televisión y el teatro. Fue la mente detrás de Mujer, casos de la vida real, un programa que estuvo al aire durante más de 20 años y abordó temas sociales a través de relatos basados en historias reales. En el teatro, fue una productora clave que impulsó importantes obras en México.
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Fuera del ámbito artístico, Pinal incursionó en la política, siendo diputada y senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Su versatilidad y capacidad para destacarse en diversos campos la convirtieron en una figura única en la historia cultural y política de México.
Familia y legado
Silvia Pinal tuvo cuatro hijos, entre ellos la reconocida cantante Alejandra Guzmán y la actriz Silvia Pasquel, quienes han continuado el legado artístico de su madre. Su influencia no solo perdura en su dinastía, sino también en generaciones de artistas y creadores que ven en ella un modelo de inspiración.
Con más de seis décadas de carrera y más de 60 filmes en su haber, Pinal será recordada no solo por su belleza y talento, sino también por su impacto en la historia cultural de México. Su partida deja un vacío irremplazable, pero su legado vivirá en las pantallas y escenarios donde inmortalizó su arte.
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